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En medio de la COVID-19, la educación especial enfrenta desafíos adicionales con el aprendizaje

Un profesor que usa una bolsa de basura como equipo de protección personal.
FOTO CORTESÍA DE UN MAESTRO DEL WCSD
Algunos maestros de educación especial están creando su propio PPE similar a una bata para protegerse de los fluidos corporales. Según los maestros, el distrito escolar del condado de Washoe no les ha proporcionado ninguna bata.";s

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Maestros y estudiantes del condado de Washoe han regresado a los salones y ahora tratan de adaptarse a una nueva normalidad durante la pandemia de la COVID-19. El enfoque del distrito para reabrir las escuelas incluye la individualización de materiales y el mantenimiento del distanciamiento social en las clases, lo que podría ser un desafío único en los salones de educación especial. Stephanie Serrano de KUNR entrevistó a una maestra de escuela primaria y nos cuenta esta historia.

Por motivos de confidencialidad, la identidad de la maestra se mantendrá en reserva para protegerla de cualquier represalia. Nos atendió desde su salón de educación especial donde se alistaba para enseñar en persona.

La maestra de educación especial de la escuela primaria dijo que tuvo que reconstruir por completo este espacio y empezar con algo completamente nuevo y diferente a lo que había establecido el año pasado. Tuvo que tapar completamente los cubículos, porque ya no es permitido usarlos. Antes, el espacio era abierto para permitir que los niños pudieran moverse libremente. Tenía un centro de aprendizaje sensorial donde sus alumnos podían explorar el espacio exterior y podían construir con bloques, enhebrados, rompecabezas y todo tipo de cosas divertidas.

Esto incluía fingir jugar a la cocina, practicar cómo lavar platos y cocinar, o jugar con muñecos para aprender a peinar el cabello. Con estas actividades prácticas, la maestra les enseñaba a sus estudiantes, afectados con discapacidades, las habilidades fundamentales para interactuar en sociedad.

Pero todo eso es parte del pasado.

Ahora no se les permite compartir ningún material, así que esta maestra de primaria tuvo que comprar cajas y recipientes y todo tipo de utensilios de almacenamiento para cada estudiante. Les ha dado a cada uno de sus alumnos una caja con sus propios juguetes que desinfectan a diario. Cada uno tiene también su propia caja de matemáticas y otra de libros.

Así mismo, los estudiantes tienen su propia carpeta, sus propias tijeras, pegamento y sus propios cubos de recreo donde guardan sus juguetes individualmente. Estos cambios solo buscan protegerlos de la posible propagación de la COVID-19.

La profesora cuenta que ha sido un reto para todos porque quieren jugar entre ellos. En una ocasión una niña le dijo a otra: “juguemos juntas” y mientras estaban tratando de fingir jugar a la familia, la maestra tuvo que acercarse y decir: “eso es demasiado cerca, [recuerden el] espacio personal”. Este hecho le pareció desgarrador: tener que decirle a una estudiante que no podía jugar con su amiga.

El ambiente en el aula no es lo único que ha cambiado para sus alumnos. Ella cuenta que sus estudiantes se sorprenden cuando ven a sus maestros con el improvisado equipo de protección personal, o PPE como se conoce en inglés. Dice que seguro aparenta a un extraterrestre vestida así. Según ella, pocos días antes del comienzo del año escolar recibió noticias del distrito que los maestros de educación especial recibirían artículos de PPE como protectores faciales, tapa bocas, guantes y batas —todavía siguen esperando esos artículos.

Y como aún no han recibido los trajes que les prometieron que tendrían, lo que han hecho es hacerle agujeros a bolsas de basura y usarlas al momento de cambiar los pañales de sus estudiantes.

En su salón de clases, tienen que lidiar con fluidos corporales a diario. Durante estos primeros días en la escuela, ella ha usado 30 pares de guantes cada día debido a la necesidad del contacto directo cuando cambia un pañal o cuando ayuda a un niño a usar su andador. Esta maestra aún no ha recibido información sobre cómo limpiar su PPE y esa información no está incluida en los planes de reapertura y posibles contagios que el distrito ha puesto en línea.

En cuanto al aprendizaje a distancia, dice que el proceso sigue siendo confuso.

Lo considera un desafío, pues algunas familias no tienen ni siquiera Wi-Fi. Algunos de sus estudiantes tienen muy bajo rendimiento, y requieren técnicas de enseñanza y aprendizaje muy prácticas y con mucha experiencia en persona.

La maestra está preocupada por lo que dice que ha sido la falta de orientación y responsabilidad del distrito. Sobre todo, le preocupa la exposición a la que se enfrentan sus estudiantes, ya que la mayoría son inmunodeficientes.

Stephanie Serrano (she/her/ella) is an award-winning multimedia bilingual journalist based in Reno, Nevada. Her reporting is powered by character-driven stories and is rooted in sound-rich audio. Her storytelling works to share the experiences of unserved communities in regards to education, race, affordable housing and sports.
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